martes, octubre 23, 2007

Bolero del recuerdo

Un día soñé
Y te confieso que lo hice.
Estabas con tu luz color estrellas
Que acompañaba mi deambular pausado
En dirección hacia algún lugar
Para beber un bolero
Y estallar en llanto,
Recopilando los pedazos de papeles
Que quedaron esparcidos
En lo alto de tu recuerdo,
Justo aquel día
En que te soñaba
Color estrella,
Entre tantos rostros,
Entre miradas apretadas,
De brindis sin acabar
Para ocultar el cuarto cigarro
Que ese día acompañaba
Mi fiel taza de café.

Recuerdo que te soñaba a lo lejos,
Vestida de versos casuales,
Metáforas intercambiadas por risas,
Hermosa desde lo pies hasta el alma,
La mejor geografía de Benedetti,
Con ojos menos tristes, escasa deuda con la vida.

Aquel día bastó una caricia
Para darme cuenta
Que por ti pasaba el día entero
Rellenando papelitos en blancos
Que sostenían tu ternura
Tupido de melodías,
De noches omnipotentes,
De estrellas que hacían más que mirarte
Y maldecir cada palabra
Que dictaminaba un saludo coqueto,
Un abrazo,
Un beso confundido y sin errar a la vez.

Pobre universo,
Nunca supo de nuestro primer beso,
Solo supo del cómo
Y ya era tarde para advertirnos
Que nos habíamos enamorado nuevamente en silencio,
Que bailábamos de la mano
Sin mayor vergüenza
Del triste bolero que encandilaba y recibía
Alguna que otra lagrima
De un pobre poeta que maldecía sus veinte años.

Fue así,
Me quede perplejo
Inventado rimas escandalosas
Para envalentonar nuestro primer saludo,
Para que los segundos que nos alejaban
Supieran de tu alegría ansiosa.

Ese día te soñaba color estrellas,
Y no pensaba en nada más,
Ni mi mejor poema sirvió para combatir
Aquel beso que fue tu mejor verso de bienvenida
Para la caricia en mi mejilla
Que aventurada venia a acompañar
Mi más elocuente sonrisa.

Ni nombres, ni saludos,
Ni promesas, ni rutinas.
Solo un beso,
Un baile en el mundo que te pensé ese día,
Una leve sonrisa al momento de respirar
Para decirme en breves palabras
Que el silencio en estos casos
Es el mejor aliado para enamorarse
Sin recompensas ni excusas.

Ojos claros, sinceros
Que mejor pretexto para amarnos,
Para decirte que amo volando
Y que esta noche
Quiero volar contigo,
Que mi lágrima impura
Sólo cae por cortesía,
Que tu beso fue el perdón
Por no pecar un poco más
Al escuchar aquel bolero que hoy bebo
En aquel lugar
En donde no nos conocimos con formalidades
Pero nos besamos hasta más no poder.

Ya es tarde,
Me atraganto con el bolero que empino,
Porque ya es tarde para todo.
Tarde para despertar de este sueño,
Tarde porque te fuiste como llegaste
Recatada de versos creativos,
Con tus típicos adornos a misterio
Que cubrían tu pasado,
Con este beso inconcluso
Que ninguna mujer ha podido completar
En mis ya, resecos y tristes labios.

Hoy me vestí de recuerdos
Y me aproxime al bar en donde te conocí,
Coloque de fondo
Aquel bolero con el que nos besamos
Y pedí la misma copa que hace veinte años
Solo para tragarme los acordes de nuestras primeras caricias,
Y escribí éste, tú poema
En la mesita en donde te vi y soñé por primera vez
Ya que no tengo más remedio
Que guardar mi poesía en una cajita de madera
Y acompañarte en tu silencio fúnebre
Y llorar acompañado por la noche
Que no alcanzó a decirme
Que te habías ido
Y que me dejaste solo un hermoso recuerdo
De un te amo pendiente
Que aun intento recitártelo al oído.

Hoy no quise despertar.
Porque te quise seguir soñando
A lo lejos, color estrella
Aunque tú ya no estés acá
Rompiendo la calma con tus besos
Y alimentando mi curiosidad
Por saber quien eres.