lunes, febrero 26, 2007

El peor de los tangos

* A los niños de la calle.

Será entonces
La firmeza de tus palabras,
De tus lágrimas,
De tu mirada,
De tu pequeña mano estirada
La tinta perfecta
Que gasto en inviernos
Para darle sentido
A mi hoja en blanco
Que siempre término utilizo
Para mirarte y describir,
Para sentir tu dolor como mío
Cuando la noche
Este extasiada de risa
Y nos oculte en lo inminente
De las tormentas ingratas

Me lleno los pulmones de gritos,
De rabias y llantos,
Oxigeno mi próximo segundo
Parar no respirar falsedades
Y nombrarte en lluvias o en selvas,
En rebeldías eternas
O tal vez cuando te mire
Y la mugre de tus pies
Me dicte las cátedras humanas
Sobre la muerte o la vida
Y como nos pesa
La muerte cuando aun
Sentimos que se nos aleja la vida

Los paseos y rincones
Maldecidos con tu perfume,
El tango morboso
Plasmados de flash turísticos
Al hermoso baile
Que no te pertenece,
Buenos Aires cubriéndote de sombras,
Ingrato de tu mira inocente,
El sabor a nada
Que tengo en la boca
Cuando tengo la certeza
Que no nos volveremos a encontrar
Son el reflejo preciso
En la pasividad nefasta y ordinaria
Que acumulan primaveras
Para caer rendidas
Y llorar a gritos
Cuando retiro se desmorone,
Se derrita a pedazos y lágrimas
Cuando tanguito o Gardel
Nos canten la canción fúnebre
En las lluvias tormentosas
Que me dieron la bienvenida
Solamente para saludarte
Sin palabras,
Ni gestos,
Solo una mirada bastó
Para que el café que bebía
Me diera asco
Al igual que el río que te baña
Y que no cuida tus sueños
Cuando el rico pasa con su lancha
Y te despierta
En la humedad de penas
En donde te rascas tus ojitos
Para convencerte
Que vives en el olvido de tantos otros

Probablemente
La respuesta las tengas
Los sin polera ni casa,
Los que miran con ojos
De realidad absorbente
Esa que nos duele y nos avergüenza
Cuando pasan junto nuestro
A pedir explicaciones razonables
Y solo les entregas un peso
Para disfrazar tú conciencia
Al ver pasar en autos a los magnates;
Oportunamente pisamos la tierra
En buena hora pasa sacar
Mi cuaderno y mi lápiz
Y sentarme a no escribir,
A no llorar,
Para que la lastima no tocará mi corazón
Y mi rebeldía estallara
En colores de odio y amor,
Para escuchar en la noche
Como el tabaco rubio
Se quemaba a tres centímetros de mi cara,
Para maldecir sin miedos,
Para escuchar el peor de los tangos,
Para ver la película más terrorífica
Cuando en Buenos Aires
Nos derretimos a cada centímetro que andamos
Y las madres que viven en mayo
Nos demuestren su coraje
Al momento de utilizar la memoria
Para remecer la historia,
Los corazones
O simplemente
Cuando me miraste
Al nadar en corrientes
Y solo atine a sonreírte
Lanzándote un promesa,
Un compromiso,
De que falta poco
Para que te vuelva a sonreír
Y al fin
Me la devuelvas
En una tierra más justa,
En un cielo más rojo
Y puedas correr libre por los campos
Para encontrarnos nuevamanete en Avda. corrientes
eso si,
En otras circunstancias.

- Escrito en Buenos Aires, Argentina. -

jueves, febrero 01, 2007

Cada atardecer

* A Pabla, gracias por cada atardecer.

Al atardecer,
La luz moribunda de azules
Cae sin reposo ni atraso
Desde tu frágil ventana
Intentando coquetear tiernamente
Con tus ojos,
Con tu piel,
Con tu pelito,
Y con todo lo bueno de ti.
Sin que tú lo sepas
Te observo desde mi lugar habitual
Sin pestañar para no perderme
Ni un centímetro de tu respiración,
Y te comienzo a pensar sin paciencia,
Te nombro a gritos
Que desarman mi alma a pedazos,
Y pienso en los versos
Que te escribiré
Solo para hacerte feliz
Y robarme tu sonrisa eterna
Que tanto me encandila y me conmueve,
Te abrazo fuerte para quedarme contigo,
Te beso y te vuelvo besar
Con aun más ternura
Solo para regalarte
La mejor de mis sonrisas,
La más honesta y enamorada
Y así,
Escribir tu biografía de caricias
En versos, sueños y promesas
Que nunca me canso de cantarte,
Que nunca me ahuyentan de ti,
Que no concluyo en palabras,
Sino en un beso frondoso de silencio
Que plasma la virtud más linda
Que te guardas solo para mí
Y me la regalas cada tarde
En la que tomamos café
Y te vuelvo a observar
Como un loco hipnotizado
Solo para volverme a enamorarme
De cada segundo de tu vida

A medida que te vas oscureciendo
Para mis cansados ojos
Que siempre saben verte
Con la perfecta imagen que tengo de ti,
La necesidad de tenerte me vuelve a renacer
Y son mis manos
Las que te reclaman
Cada noche cuando te sueño,
Cuando viajo y no estás,
Cuando me acusan de quererte
Y no me avergüenzo,
Y es mi alma
Que nunca se cansa
De todo lo hermoso de ti,
Desde las primaveras más frescas
Que reposan en tu alegría
Hasta cuando duermes o despiertas
Con el recuerdo de vida
Que dejo el beso de ayer
En tus labios justos
Que esperan sin calma
Nuestro próximo encuentro,
En mi buen aventurado beso
Que te promete
Un amor poco experimentado
Pero profundamente enamorado,
Elocuente de fantasías
Cautivo al no poder explotar
En alegrías y risas,
Libre cuando caminamos de la mano
Y me invitas a volar
Para dame la firmeza
Para continuar todo esto
Que llamamos vida

Me pierdo en la magnitud de tu piel
De la sencillez de tus actos
Y lo rebeldes que me suenan tus palabras,
Me vuelvo experto en no saber nada
De cómo adelantarme a ti,
En observarte y temblar
A medida que el cielo se torna
Un poco más oscuro
Y destierra a la luz
Y nos deja solos
Para querernos un poco más
En la totalidad del silencio
Que deja cada atardecer,
Cuando tengo la certeza de irme
Y dejar de mirarte
Al menos unas cuantas horas,
Inspirarme a lo lejos
Pensando nuevamente
En tu exquisito perfume a vida,
Escribirte en tu retrato
Acuarelablemente mío,
Seguir con el sabor a te quiero
En mis labios,
Sentir en mi cara
Tus delicadas caricias
Que tanto me agitan el pecho
Al igual cuando te vuelvo a ver
Al día siguiente,
Cuando me acuesto
Y te veo cercanamente lejos
Plasmada en mi muralla,
Y tu perfume aun me abraza
En tiempos de barbarie,
En lo táctil de tus dedos
Chocando con los míos
Y me dan las buenas noches perfectas
Para cerrar los ojos
Y esperar impacientemente
A que aparezcas
En lo linda que eres
Y me beses como tú lo sabes hacer
Para volver a reposar en tus brazos
Y la luz moribunda de azules
Reaparezca en tu carita
Y te vuelva a sonreír
Con el pretexto intachable
Para que me vuelvas a besar
Y me enamore cada vez más de ti.