Son esos días sábados, donde uno fuma mucho, no se baña, anda a guata “pela”, con la ropa hedionda a todo, viéndose al espejo con un aspecto de mierda, sin lavarse la cara, sin peinarse, con ese sabor a trasnoche en la boca, escuchando cumbias, rancheras, boleros y Bersuit Vergarabat a todo volumen, con la cama sin hacer, viendo películas de narcotráfico y cárceles, acostado en tu montículo de ropa sucia, tomando cerveza en un vaso sucio y volviendo a fumar las colillas que quedaron de la noche anterior, orinando sin subir la pata del “water”, comiendo con las mano lo que quedo de la cena de antes de ayer, eruptando con risas, bostezando sin parar, mientras me rasco la nuca intentando darme ánimos para ir buscar un encendedor y prender el cigarrillo que encontré bajo mi cama.
Son esos sábados los que más me gustan, porque uno esta en libertad de no fingir nada con nadie, no darle explicaciones a ninguna persona del porque vivo así, es esa extraña mezcla de aromas que te hacen levantar el brazo y olorosarte la axila y decir “puta que toy’ hediondo, weon por la shusha”.
El sol entra por la ventana, cae sin vergüenza sobre mi cabeza, pero yo no le doy importancia, estoy solo para mi, al menos por este sábado, que elegí quedar acá, sin hacer nada, sin contestar el maldito teléfono que suena y suena y no para de sonar el hijo de las mil putas, preferí sacarle la pila al reloj de la pared para que no me torture con sus números y sus reglas, tiré a la basura el calendario de la cocina, cerré los libros de estudios para la prueba del lunes de Historia Antigua, guardar las penas y alegrías en una cajita de fósforos, mis nostalgias, lagrimas y amores quedan fuera de este sábado, en donde solo reposo para volver a quedarme dormido y estar nuevamente desocupado para conversar con Pabla de las cosas que no queremos buscar más en nuestras vidas.
Los sabados por la tarde, me gusta pasarlos solo, con mis películas raras, con mis boleros, con mi pollo, con mi cigarro en la boca, con mis poemas, con esa primavera que me saluda los sábados desde la ventana, por lo menos hasta que llegue la noche, en donde me tendré que vestir de lo que no soy y sumergirme en una ciudad que tampoco me agrada, bailar un baile que detesto solo para intentar tener una mujer que no me simpatiza por una noche que quisiera que muriera luego, para esperar pacientemente mi próxima tarde de sábado, en donde me encontrare conmigo otra vez.
* Confesiones a Pabla. Gracias por leer todo lo escribo.
Son esos sábados los que más me gustan, porque uno esta en libertad de no fingir nada con nadie, no darle explicaciones a ninguna persona del porque vivo así, es esa extraña mezcla de aromas que te hacen levantar el brazo y olorosarte la axila y decir “puta que toy’ hediondo, weon por la shusha”.
El sol entra por la ventana, cae sin vergüenza sobre mi cabeza, pero yo no le doy importancia, estoy solo para mi, al menos por este sábado, que elegí quedar acá, sin hacer nada, sin contestar el maldito teléfono que suena y suena y no para de sonar el hijo de las mil putas, preferí sacarle la pila al reloj de la pared para que no me torture con sus números y sus reglas, tiré a la basura el calendario de la cocina, cerré los libros de estudios para la prueba del lunes de Historia Antigua, guardar las penas y alegrías en una cajita de fósforos, mis nostalgias, lagrimas y amores quedan fuera de este sábado, en donde solo reposo para volver a quedarme dormido y estar nuevamente desocupado para conversar con Pabla de las cosas que no queremos buscar más en nuestras vidas.
Los sabados por la tarde, me gusta pasarlos solo, con mis películas raras, con mis boleros, con mi pollo, con mi cigarro en la boca, con mis poemas, con esa primavera que me saluda los sábados desde la ventana, por lo menos hasta que llegue la noche, en donde me tendré que vestir de lo que no soy y sumergirme en una ciudad que tampoco me agrada, bailar un baile que detesto solo para intentar tener una mujer que no me simpatiza por una noche que quisiera que muriera luego, para esperar pacientemente mi próxima tarde de sábado, en donde me encontrare conmigo otra vez.
* Confesiones a Pabla. Gracias por leer todo lo escribo.
3 comentarios:
que buen cuento... todos hemos tenido uno de "esos" sabados... que lástima que yo no he podido tener ahora uno de esos...
besotes!!!
bien si!
me usto tu pensamiento
chaito
punk
piante
alrrevezxau
y gracias a tí por tales confesiones! :D
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