miércoles, abril 25, 2007

Amor de primavera

* La tranquilidad no siempre es primavera.

Sentado en una banca de madera estaba José esperando a que Mariana llegara al punto de encuentro que habían acordado. Con sus ojos cansados por la espera, con su penúltimo cigarrillo en la boca, con un libro en la mano, con su interminable sonrisa amable, José miraba el reloj que había cerca de una tienda de ropa, marcaba las 5:37 de la tarde y Mariana llegaba un poco agitada y sudada, con su bolso oscuro colgando de su hombro. José al verla llegar se levanto y la saludo con un beso restándole total importancia a los 37 minutos de espera. “¿Vamos por un café?, tengo frío” le decía José a Mariana la cual solo dijo “Dale, vamos”.
Salieron caminando a paso lento; José guardaba su libro en la mochila y Mariana sacaba un pañuelo blanco para secarse el sudor de su frente.
Al entrar al café José pide lo de costumbre al mismo tiempo que se sentaba en su lugar de siempre, pegado en la ventana para fumar y darse cuenta como el día se iba oscureciendo a medida que la gente transitaba casi huyendo de la tormenta. Marina miro hacia la ventana del café y pronuncio en voz baja “Va a llover creo”, José despego por un segundo su mirada de la ventana y le dijo sutilmente “No sé, da igual”. Mariana lo miro seriamente, quiso decirle algo pero no se atrevió, las palabras no se articularon en su boca; Mariana solo calló con la mirada pegada en los ojos de José que solo atinaba a mirar la ventana con su mano derecha apoyada en su cabeza.
“¿Cómo has estado?” le pregunta José a Mariana con una mirada casi de funeral, “Bien, todo tranquilo”, José se extraño por la respuesta, apretó las cejas cuando la escucho decir eso; tomó un sorbo de café, prendió un cigarrillo y le dijo “¿Y que todo este tranquilo es sinónimo de estar bien?”, Mariana que revolvía su taza de café no supo responder, solo miró a José con cara de extrañeza. Las miradas de ambos se entrelazaban, tal vez ambos querían respuestas. “Y ¿Por qué no?, ¿Es necesario estar intranquilo para vivir?” dijo Mariana con un tono serio y cortante. “No, pero la tranquilidad tampoco es vivir, las rutinas de vidas en si son aburridas y finalmente no te dejan vivir”. José y Mariana se miraron fijamente, no pudieron pronunciar palabra alguna, Mariana solo pudo pensar “¿Cómo es posible que siempre que hablo con José me haga sentir como la mierda, como si mi vida fuera un real mierda?”.
El viento helado soplo en Santiago aquella tarde, curiosamente la gente aun transitaba por las calles. “¿Recuerda la primera vez que bailamos?” dijo José con una sonrisa sumida en lo oscuro de su taza de café. “Si, bailamos “Amor de primavera”, ¿no?”, José miro a Mariana con más calma, con mayor ternura, “Me alegra que lo recuerdes”, Mariana le sonrió simpáticamente diciendo “Es muy lindo ese tema, y el recuerdo que conlleva la canción también”. José escupió un poco de humo con sabor a nicotina de su boca y dijo “Si, es muy lindo. Probablemente sea la ultima canción que escuche antes de estar muerto”. Mariana que prendía un cigarrillo quedo perpleja, no comprendió lo que quiso decir con “estar muerto” pero tampoco quiso preguntárselo a José, tal vez por miedo a que se burlara de ella, o quizás porque de verdad José pensaba en la muerte. Prefirió quedarse callada a fumar y pensar en lo dicho por su amigo. De pronto José se levanta de la mesa, se acerca donde esta Mariana y le dice en voz al oído “¿Quieres bailar “Amor de primavera”?”, Marina lo miro extraña y le dijo “¿Estás loco?, ¿Cómo vamos a bailar?”. José sin medir las palabras de Mariana la tomo de su mano y comenzaron a bailar, extrañamente Mariana sonrió y se dejo llevar, José solo derramo una pequeña lagrima que murió en el calido hombro de Mariana.
Al terminar de bailar, José miro el reloj del café que estaba en la pared, marcaban las 7 de la tarde y una lluvia torrencial comenzó a caer en Santiago. José pego su mirada en la ventana dijo “Me debo ir, tengo que ir a buscar más primaveras y ya se me esta haciendo un poco tarde”, Mariana no dijo nada, no se cuestiono nada sobre las razones de su amigo para marcharse solo atino a darle un abrazo, un beso y una despedida, entre medio un honesto te quiero.
Mariana se quedo sentada esperando que la lluvia pasara o que el café se tornara un poco más dulce luego de aquel baile.
La lluvia paró y Mariana seguía pensando en la extraña conversación que tuvo con José, en lo extraño de todo. Algo le apretó angustiosamente el pecho, algo extraño no la dejaba casi ni respirar. Salio del café caminando a paso rápido, se coloco un gorro y su bufanda para cubrirse del frío, al mismo tiempo prendió un cigarro y busco una moneda. Entro en un negocio de los tantos que habían y llamo por teléfono a José, “Alo, hola buenas tardes ¿José, se encontrará?”, una voz de mujer tierna y dulce le respondió “¿Es una broma?, Mi José murió hace tantos años ya”, Mariana no podía creer lo que le acababan de decir, no podía creer lo que escuchaba, se acerco un poco más al auricular y dijo con la voz temblorosa “¿Murió?” “Si mi niña, Mi José murió hace unos 5 años” Respondía la voz de mujer. Mariana no comprendía lo que pasaba, sin embargo se armo de valor y pregunto “¿Cómo murió?”, la voz de la mujer por el otro lado del teléfono solo respondió “Nadie sabe como murió, pero cuando lo encontraron tenia en su mano un papel que decía “Nunca más confundas la tranquilidad con estar bien. Gracias por revivir un Amor de primavera”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ta lindo wom, me rekordó a Pedro Páramo aunke se presentía otro final, pero sinembargo teniendo relación kon el expuesto.
Te manejai muxto mejor ahora en lo ke es redacción, no porke antes haya estado mala, sino porke ahora es muy buena, te lo trato de decir de la manera ma objetiva ke puedo, pero iwal me importa un piko esa wea, si al final eri mi amigo y por eso me resulta difícil no ayudarte, kuando te hay portao la sanja konmigo.

Te kiero hermano

Salud

Puño en alto

a.dios

Anónimo dijo...

hoooo
te juro que me llego deasiado.
me he vuelto adicta a leer las historias.
creo que no conocia esta faceta tuya, pero lo que me impresiona es la cantidad de calidad que hay en ellos.
y no son superfluos y vanos como muchos.
sino que cada uno tiene un extracto de sinceridad.

este es uno de los cuales me llego mucho, en serio.
me puso a pensar mucho esa frase "nunca confundas la tranquilidad con estar bien".
hasta lo imprimi junto con otro.
saludos compañero y amigo de infancia y mas que eso.

una vieja amiga que lo sigue estimando y queriendo como siempre
leere cada vez que se renueve alguna de tus historias.

un gran abrazo
melody