jueves, diciembre 30, 2010

Diego Navarro

A nosotros nos olvido el mar,
Nos hicieron desaparecer sin canciones,
Nos dibujaron en un borrador,
Nos fotografiaron en un rollo que nunca se reveló,
Y fuimos rechazados de la noche.

Nadie nunca se preocupó mucho de nosotros,
Nadie atinó a mirarnos antes del ocaso,
Y así aprendimos a vivir,
Comiendo rabias y frustraciones,
Inventando los himnos que bautizamos nadie,
Llenándonos de alcohol sin una razón clara.
Soy de una generación inconclusa
En donde los recuerdo se mezclan lágrimas.

Nacimos una noche de otoño al calor de un bostezo,
Crecimos en medio de la catástrofe
Y no nos dimos cuenta.

Somos de la generación que no reclamó,
De la que nunca quiso estar sola,
De la que no aprendió mucho,
De la que entendió, desde la soledad, el amor.

La muerte nos abrazó temprano,
Por suerte aprendimos a escupirla sin miedo.

Soy de la generación que vio nacer los adelantos
Pero nunca accedió a ellos.

En síntesis,
Soy de la generación que nadie se preocupó,
Y que una mañana se despertó sin infancia.

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